Día 3, Rio Ceballos,
Córdoba.
Llovió de noche y de día. Luego de reuniros para desayunar adentro decidí salir a caminar e ir a buscar el lugar donde estuve dialogando ayer.
El agua de lluvia se había llevado gran parte de los pinches. Y pensé: “me gustaría que el agua también se lleve los míos”.
Pensé en escribirlo con tierra, mientras llovía.
Pensé en mis pinches. Los tengo.
¿Me sirven?
Luego pensé en el comportamiento específico del material (más allá de la forma pinche/nopinche).
Y me imaginé: “fundirme como arcilla bajo la lluvia”.
Y recordé la frase que dijo Nilda: “La sobrevivencia de lo que una hace”
Volviendo, por el sendero Ñu Porá, saliendo el sol.
Pensé que no solo se funde el barro, tiene la polaridad de con más calor llegar a quedar muy duro y con una forma específica..
Por ahora sigo adaptándome a lo que me propone el paisaje.
Doblando el cerro una niña me saludo:
-“Hola!”
-“Hola!”, le contesté.
-“Que buscas?”, me preguntó.
-“Nada.” Le contestó mi cuerpo.
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"Fundirme como tierra en el paisaje"