 Del sector 3
Vengo cantando, subiendo el cerro.
Las cigarras entonan a la par.
Trato de sentir cual es el espacio que me invita a comenzar.
La pregnancia de unas superficies peludas haciendo contraste textural y colorico con un desprendimiento de corteza llaman mi atención.
Estoy sentada en la base de un Eucalipto.
Las nubes son rápidas, y la atmósfera colorica que atrapó mi atención, pronto se vió saturada de luz, modificando la paleta. No tarda en volver a tomar tonos fríos.
El enfoque es de apenas unos 90 cm de superficie, muy cerca de mi cuerpo.
Esta vez la ronda esta encarnada por seres mas viejos que el núcleo.
Y el centro, se eleva y erecta hacia arriba buscando poder hacer sus alimentos.
Una pieza más marginal y aún mas antigua que las integrantes de la ronda aporta un acento de color y diferencia.
Me sorprenden las presencias animales.
Primero, caminando sobre mi pierna un bichito robusto, de color dorado. Que indicame uno de los colores que tiene que existir en el diálogo.
Luego, me asusta un poco un ruido extraño. Me lo imagino con vértices. Un sonido aserruchado.
Quien convoca a ser rodeada me recureda a una planta medicinal, buena para lunas ausentadas.
También me recuerda a los animales que hablan del miedo y orejas largas.
La corteza trasera es casi una canela en rama, o la canoa que hace naufragar los temores.

 4to sector

Un nuevo espacio me convoca a conversar.
Esta vez son dos piezas principales las que hacen que el sector sea más alto que ancho.
Y la coronación rastrera de un ser guarda las lágrimas en el bulbo de sus flores.


Día 2, Río Ceballos, Córdoba.
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